MEDITACIÓN :: 13 :: MINDFULNESS: no juzgar
‘ACTITUDES DE MINDFULNESS: 02, no juzgar’
Mindfulness es la práctica de poner la atención en algo. Es un componente de la meditación que en la tradición budista llaman «recolección» y que se integra después en un contexto donde daremos entrada a aspectos como la ética y la sabiduría.
Cuando meditamos y buscamos reducir la insatisfacción, es habitual que lleguemos a un punto donde se produce una superación de nuestra individualidad y entra en juego la relación con los demás, es un punto de transformación importante porque después de refinar nuestra percepción y ser capaces de observar la realidad con menos elaboración por nuestra parte, surge ese espacio de libertad para elegir «qué quiero hacer con esto que observo»… Y nos situamos en el comienzo de un desarrollo espiritual (que cada uno recorre a su ritmo y dentro de esta libertad), donde trascendemos el ego y se incluye nuestra relación con el otro y la conexión con aquello que trasciende mi individualidad: «yo soy», en un contexto donde «soy parte de un todo», o donde percibo que el otro «también está vinculado con eso que me supera» … Hay un punto de humanidad compartida y un contexto donde el límite de lo que soy no viene determinado por los limites que hasta entonces percibía de mí mismo.
En las «ACTITUDES DE MINDFULNESS» hoy nos ocupamos de NO JUZGAR.
Cuando empiezas a prestar atención a lo que tienes en la mente comienzas a juzgar y extraer conclusiones sobre lo que observas. Es algo natural en la mente y no es positivo ni negativo. Ese flujo constante de juzgar aparece porque es la naturaleza de la mente, es útil para nuestra supervivencia y no supone algo «malo» o que haya que evitar. Pero el desequilibrio entre ese estado de elaboración constante y la posibilidad de observar y percibir de manera nítida, es algo que genera insatisfacción, por tanto, en nuestra práctica de atención plena generamos espacios en los que elegimos no dejarnos llevar por ese automatismo del juicio y elegimos voluntariamente enfocar la atención en la percepción. Es una opción, un gesto consciente que nos aporta libertad porque elegimos.
Con la actitud de no juzgar no se trata de evitar el pensamiento critico sino de ser capaces de VERLO. Vemos NUESTRO JUICIO y diferenciamos entre esa acción y la realidad.
Signilfica que cultivaremos el discernimiento pero reconociéndolo y entendiéndolo en función de nuestras experiencias.
Significa que nos daremos cuenta de que nuestro juicio es normalmente en blanco y negro, y exploraremos las posibilidades que hay entre esos extremos, ya que en nuestro juicio es fácil que uno de esos automatismos sea situarnos en la polaridad.
Cuando hablamos de ser conscientes sin juzgar, hablamos de un grado fino de discernimiento, de claridad y sabidulría con la que podemos ver las conexiones entre las cosas y salir del juicio subjetivo donde aparece el ego que interpreta la realidad SEGÚN YO. Y a veces esta subjetividad me sitúa en la postura entre «lo que me es cómodo y lo que no».
NO JUZGAR nos saca de nuestros hábitos mentales. Juzgar nos encasilla y refuerza patrones de comportamiento condicionados que nos limitan.