SANAR TUS RAÍCES :: 01 :: ¿quién soy?
Sanar tiene una conexión profunda con nuestra esencia porque el sentido de sanar es el de devolver a la naturaleza su esencia. Nacemos completos. Nacemos perfectos y sanar es regresar a este estado de equilibrio y de no carencia, donde nuestros propios recursos son los responsables de encontrar su lugar y darnos el nuestro. Pero desde ese instante en el que comenzamos a respirar, nuestra vulnerabilidad y la necesidad de regresar al estado primordial de equilibrio absoluto y de no necesidad nos lleva a buscar ser vistos, ser atendidos, ser completados.
Para encajar, para ser vistos (por supervivencia) desarrollamos el EGO. ESta supervivencia es física pero también es social, necesitamos ser aceptados en el grupo porque el grupo nos mantiene vivos. De ahí que el ego se configura con esos papeles y disfraces con los que ocultamos lo que creemos que no estará bien. Vamos puliendo aristas y disfrazando quiénes somos en realidad para poder ser valiosos.
En otra etapa de la vida descubrimos el juego del EGO, lo que nos pide a cambio, lo que perdimos en el camino y deseamos volver sobre nuestros pasos y recuperar la esencia. Comienza nuestro despertar espiritual. muchas veces DESAPRENDIENDO.
En esta búsqueda de liberarnos de la máscara nos enfrentamos con el tejido que ha sostenido esa falsa identidad: creencias, mandatos… En nuestro equipaje mental y emocional se mezcla lo adquirido con lo heredado (y en la crianza y educación heredamos justamente esas creencias que no vemos claramente y asumimos como propias).
La lealtad a un sistema puede estar detrás de las cadenas invisibles que te cuesta soltar aunque tengas decidido avanzar por el camino de la liberación. Hay herencias en forma de creencias, en forma de emociones, en forma de mandatos, en forma de cargas, en forma de límites…
Será un recorrido breve y profundo para seguir cultivando las dos bases sobre las que se asienta el trabajo meditativo: el coraje y la amabilidad. Acepto mi linaje, lo honro y agradezco, pero me libero de su carga. Le doy su carga a quien debe transportarla y elijo cargar la mía. Conecto con lo recibido y me libero de la deuda y la culpa. Me acepto como parte de un linaje y elijo depurar y sanar el eslabón que soy en la cadena para ser transmisora de sabiduría y experiencia.